Comunicación

LEY DE DESPERDICIO ALIMENTARIO

COMER BIEN; tirar menos


EN DATOS

Comer bien no solo es una cuestión de calidad, entendida como equilibrio nutricional o hábitos de vida saludables. En los países desarrollados, la alimentación presenta una cara B que tiene mucho que ver con lo cuantitativo; un aspecto que comienza a ser relevante dada la desproporción, que se mide en millones de toneladas, de productos alimenticios que tiramos. Solo en España, casi 8 millones de toneladas; o lo que es lo mismo, un 42% de lo que cada hogar compra en el super, acaba en la basura -datos oficiales de Consumo-. Mientras tanto, casi 700 millones de personas pasaron hambre en 2024, según la ONU, un 8,2% de la población total del planeta.

ACTUACIONES

Con las cifras en la mano y la entrada en vigor de la Ley 1/2025 de Prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario; el comedor escolar -por el que cada día pasan más de 800 comensales-; ha comenzado a desplegar un conjunto de medidas dirigidas a reducir el volumen de alimentos que cada día termina en el contenedor.  Se trata de medidas de sensibilización en colaboración con los equipos docentes de cada etapa, formación para el personal de cocina, iniciativas de planificación y control y, sobre todo, acciones que lleven a nuestros estudiantes a tomar conciencia de un problema que, más allá del propio desperdicio en sí; es una cuestión de sostenibilidad y buen uso de los recursos.

POR BUEN CAMINO

En las primeras dos semanas, nuestro servicio de comedor ha logrado reducir en torno a un 20% el volumen de alimentos que acaban en la basura. Se trata de un pequeño paso, alcanzado con medidas de sensibilización -cada día se plantean retos que quedan recogidos a la entrada de la instalación-; y la colaboración tanto de comensales como del personal del servicio. Para Virginia Ruiz, titular del Comedor de El Pinar, “la medida es muy positiva; ya que más allá de la consideración legal, se trata de un tema de responsabilidad social y de cuidado de los recursos. Tenemos que ser más conscientes de que nuestros hábitos tienen un impacto en el mundo que vivimos. Mientras nosotros tiramos, millones de personas no tienen nada que llevarse a la boca. Todos podemos aportar nuestro grano de arena”, asegura. EL PROGRAMA no ha hecho más que empezar.

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