Comunicación

De la Huerta a la mesa


CULTIVAR, APRENDER, COMER…

Un día para comer con las manos. No; no se trata de ninguna excepción al programa de ‘Protocolo social’ en el que trabajamos desde el curso 14/15 y cuyo objetivo es que los estudiantes interioricen las normas básicas que debemos observar al sentarnos a la mesa… El concepto es la materialización efectiva de nuestro programa de ‘Hábitos de vida saludable’ en su aplicación práctica dentro de las dinámicas de trabajo del Comedor Escolar, entendido como espacio multidisciplar y didáctico para la Educación Integral de los niños y jóvenes que conforman nuestra comunidad educativa. Nos permitimos este pequeño giro en la literalidad de la frase para referirnos a las más de 200 manos que, combinadas con tiempo, mimo y conocimiento, han participado en la elaboración del menú escolar de este primero de junio… Además, lo han hecho desde la base, aportando las materias primas que con tanto esmero han cuidado en su Huerto durante semanas para ponerlas al servicio de otras manos; las del equipo de cocina. Con su pericia y experiencia, son ellas las que se encargan de llevar energía a las mentes de pequeños y jóvenes, reponiendo fuerzas para que la actividad lectiva pueda continuar trimestre tras trimestre.

Y es que en El Pinar nos tomamos muy en serio eso de ‘pensar en verde’… Estrenamos mes con una nutritiva y deliciosa ensalada de auténtico ‘kilómetro 0’; es decir, con lechugas cosechadas a primera hora por los propios alumnos que más tarde las comerán y a escasos 100 metros del lugar en el que se procesan las hojas para ponerlas sobre el plato. Sin coste energético –más allá del que han empleado los niños y niñas en cultivarlas, cortarlas y transportarlas-, sin aditivos químicos, sin intermediarios, sin huella de carbono… Se trata de una auténtica lección de vida que además sabe a verdura fresca.

El año académico encara su recta final, pero la actividad en el Agroaula ‘bio’ no para. El curso ha dado para mucho y las lechugas que hoy se ponen en el menú son sólo una muestra del centenar de unidades que se han ido recolectando a lo largo de estos meses. Hoja de Roble, Romana, Iceberg, Cogollo, Lollo Rosa, Maravilla y un largo etcétera de variedades salidas de los poco más de 20 metros cuadrados de terreno dedicados al cultivo de este vegetal básico en la dieta mediterránea. Esta última cosecha se ha destinado al comedor. Las anteriores han pasado a la cadena de producción del proyecto de ‘Emprendimiento’ que desarrollan los estudiantes de Primaria y Secundaria, que es el engranaje que mueve el motor de las actividades de este singular programa de horticultura escolar.

De la Huerta a la mesa