Comunicación

REFRESCANDO LA EDUCACIÓN FÍSICA


DE LA PISTA A LA PISCINA

El fomento de hábitos de vida saludable es uno de los ejes fundamentales sobre los que pilota el modelo pedagógico del Colegio El Pinar. En este sentido, el desarrollo de iniciativas que estimulen la actividad deportiva, así como de prácticas que redunden en la mejora del bienestar físico e intelectual del alumnado, resultan claves dentro del marco curricular y extracurricular del centro. El abordaje de estas acciones se lleva a cabo de manera transversal, a través del Club Deportivo, pero además con contenidos multidisciplinares incluidos en muchos de los proyectos de trabajo constructivista que implican a los pequeños de las etapas de Infantil, pero especialmente, a los niños y niñas de Primaria y a los jóvenes de Secundaria y Primero de Bachillerato. También en el trabajo de campo de los alumnos de los Ciclos Formativos TECO y TAFAD. Desde la campaña 2017/18, el equipo docente del Departamento de Educación Física cuenta con un escenario disponible en muy pocas instituciones académicas de la región y que ha permitido potenciar y diversificar las sesiones lectivas de la asignatura, posibilitando el despliegue de un programa de enriquecimiento curricular que está ayudando a los alumnos de enseñanzas obligatorias y postobligatorias, incluidas las de FP, a mejorar determinadas competencias, así como a la adquisición de nuevos hábitos, conocimientos y habilidades. Se trata de las instalaciones en las que se aloja la piscina de 300 metros cuadrados que capitaliza la actividad deportiva desde el pasado mes de mayo. Los propios profesores nos trasladan las claves de este trabajo específico en la siguiente entrevista:

-¿Qué os ha aportado a los profesionales del Departamento una instalación acuática como ésta? ¿Qué valoración hacéis de ella?

El centro lleva varios cursos apostando fuertemente por el deporte. No cabe duda de que ha realizado un importante esfuerzo para poder poner a nuestra disposición unas instalaciones de este nivel. Desde el Departamento, lo que hemos hecho es enriquecer el currículum de las etapas de Primaria, Secundaria y Bachillerato aprovechando este nuevo medio. El resultado es que logramos alcanzar más eficazmente los objetivos y criterios de evaluación que la Ley nos propone.

 -¿En qué consiste ese trabajo específico del que habláis?

Bueno, varía según los ciclos. Intentamos adaptarnos lo máximo  posible al curriculum de la asignatura, si bien es verdad que todas las etapas comparten unas sesiones iniciales similares adaptadas a su edad, conocimiento y familiarización con el medio. Dicho esto, habría que concretar lo siguiente:

En Primaria destacamos la propulsión tanto dorsal como ventral, la respiración, el control y sensaciones con el agua con giros, volteos, saltos y juegos cooperativos.

En Secundaria y Bachillerato primamos técnica básica de estilos, desarrollo de la condición física, salvamento acuático y el waterpolo.

-¿Cuál es el ‘feedback’ que os reportan estudiantes y familias?

Bueno, habría que comentar que al principio fue un cambio grande y hubo que resolver algunos factores específicos que tienen que ver con la indumentaria del alumnado, los horarios, factores climatológicos y otros. Dicho esto, la valoración y las sensaciones que nos llegan son bastante positivas. No hay más que ver una clase de Educación Física en el agua y observar cómo los alumnos disfrutan y se divierten, a la vez que adquieren destrezas. Sin duda, estamos en el camino correcto.

-¿Qué obtenemos en estas sesiones más allá de las dinámicas de clase ordinarias en pista?

Creo que podemos hablar de múltiples beneficios:

MOTIVACIÓN: Una nueva instalación, con nuevas actividades y materiales supone un aliciente. Está claro.

CAMBIO DE MEDIO: Al salir de la pista y entrar en el agua aumentamos la riqueza motriz introduciendo no solo más movimiento y actividades si no también dinámicas en planos diferentes debido a la nueva posición (transversal) que el cuerpo adquiere.

AUTONOMÍA PERSONAL: La piscina requiere una mayor autonomía del alumnado. Los estudiantes tienen que ser más responsables, ya que deben cambiar indumentaria, prepararse previamente y cuidar del nuevo material (gorro, gafas, toalla, chanclas…).

AUTOESTIMA: Debido a las singulares características de la ropa que debemos usar, nos tenemos que exponer a los demás tal y como somos. Esto hace que el alumno acepte su cuerpo y el de los demás más allá de las imágenes estereotipadas con las que nos bombardea la publicidad. De igual modo, encontramos casos de niños y niñas a los que no se les da tan bien los deportes y juegos tradicionales y la natación sí, por lo que se convierte en una gran oportunidad para ellos.

-Más allá de lo físico, ¿qué beneficios aporta la natación y la práctica en el agua?

La natación es una actividad aeróbica que mejora nuestra función cerebral. Proporciona beneficios sobre los neurotransmisores que influyen sobre el estado de ánimo y sobre las hormonas. Todos son factores que contribuyen a reducir el nivel de estrés. Sumergirse en una piscina aumenta el flujo de sangre al cerebro un 14%, lo que se traduce en una mejora de la memoria, el estado de ánimo y la claridad mental. No sólo esto, también favorece la regeneración de neuronas en el hipocampo, región cerebral encargada de la memoria y el aprendizaje. Nadar activa simultáneamente los dos hemisferios y los cuatro lóbulos del cerebro, facilitando su comunicación y mejorando nuestra capacidad de aprendizaje. Tanto es así que los niños que nadan desde edades tempranas, desarrollan una mayor coordinación y habilidades visuales-motoras.

FUENTE: Equipo docente del Departamento de Educación Física del Colegio El Pinar. Profesores Luis Miguel Moreno, Jorge Laplana, Alejandro Doblas, Joaquín Morente, Justa Moreno, Josué Fernández, José Luis Cortés y Javier Gutiérrez.

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